Qué sería
del alma del poeta
sin su poesía
que lo alienta.
Trova exquisita
emanación celestial
sinfonía bendita
sazona como la sal.
Entregas en cada verso
una obertura de sentimientos
dejando ese sabor inmerso
desde alegrías hasta lamentos.
¡Oh, sublime esperanza de Federico!
y canción desesperada de Neruda
los espero a las cuatro y pico
hoy tengo el alma desnuda.
Déjame entrar en tu aposento
golondrina veraniega
Rubén Darío en este momento
sólo tu rima me sosiega.
Trovador errante
sigue tu camino
mirando siempre adelante
haz que tu pluma vuele
sin ningún desatino
y aunque sé que el corazón duele
escribir siempre será tu destino.
Liliana De Toma Jiménez -Venezuela-
No hay comentarios:
Publicar un comentario