Sé que están ahí.
Me vigilan. Esperan
que me vaya a dormir
para salir de su escondite.
Cuando apague la luz,
cuando el silencio reine,
saldrán a recorrer la casa.
Solo si bajo a la cocina
y enciendo la luz veré
a alguna corriendo a esconderse
en el primer agujero que encuentren
o se quedarán quietas
para que no las vea.
La que vea y alcance
dirá adiós a su vida
entre las sombras
y acabará entre los restos
del almuerzo o la cena.
Las demás seguirán ocultas
entre los muros esperando
su oportunidad para salir
o poniendo sus innumerables
huevos o muriendo envenenadas
por el tratamiento antiplagas.
Sé que están ahí,
esperando que apague la luz.
JOSÉ LUIS RUBIO
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