Pupila clavando intenso azul
al tiempo que roció cielo de amor eterno,
gran amor al cuerpo y alma que ciñe los días.
Largas estaciones enamoradas
llamando mirada en horas de desvelo,
luna a gotas de humo y vino saboreando tu nombre.
Perdido, dormido quebrantando el silencio la silueta,
ausencia bien amada a fuego y ceniza...
Aroma que guarda mi querer.
Encontré en el olvido tocar la sombra viento de vida,
raíces a tierra piel y dulzura implacable
fuego que nutre corazón a miel.
José Nieto
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