Sonrío y mis manos
a quemarropa
deshojan calendarios
funámbulo
en el filo de un andén
arrastrando el alma
en un par de valijas
y un por Dios...!!
no... no me dejes...!!
perforándome en el pecho.
perdón...
por el celo
con que escapé
hacía la nada
perdón si nunca
aprendí a partir
o si regresé
en pedazos
con un extremo
en mis manos
de un hilo
teñido en sangre
que me devolvió
a tu sol, a tu mar
a tu luna alucinada
y a la vera de tu huella
ser inicio de tu sombra
urgente y precisa
y a tu única forma
moldearme sigiloso ...
Juan José Trincado
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