El que aspira todavía a expresar
la vivencia sensible en la poesía,
el invitado a la cena regia
que alimenta con su don la humilde fantasía
El que ofrenda todo cuanto tiene
al que significa la Vida misma,
el que eternamente vuelve a las fuentes
y siempre está propicio a admitir el consejo
De quien está dispuesto a enseñarle,
el que se atreve a mirar en silencio
y ver en actos que parecen aislados
al que, Él solo, sabe de su dolor
Y los mantiene en vida mediante el amor,
el que con la poesía intenta abarcar
la esencia viva oculta en elixires
y del cuadro de la Vida desprender
Lo que el Pintor quiso destacar
en las sombras del Rostro de la inmortalidad,
el que se atreve a dirigirse
con efímeros versos al género humano
Mojando su pluma en la muda desesperación
resucitando la esperanza con palabras
extendiendo su amor
por todas cuantas son,
El que tuvo una vez tanto que decir
con sus ingeniosas rimas,
¿podría acaso componer un poema
que no fuera el del Silencio infinito?
Elena Liliana Popescu -Rumanía- Traducción: Joaquín Garrigós
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