Pudiera evocar un nombre,
romper el silencio,
más no lo quiero,
porque al hacerlo,
volveríamos hacer lo que fuimos.
Hemos cambiado,
no podemos negarlo,
al recibir tantos golpes de,
no tener la fuerza
para continuar enfrentando
la vida, las circunstancias,
ya todo se ha perdido.
Entregamos a nuestra medida,
alma, corazón y vida,
pero el destino volvió a jugarnos,
otra mala pasada.
Nada me importa,
tu camino no es el mío,
lo fueron ayer.
ARMANDO ARZALLUS
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