Enfermo el corazón camina lento,
cansado de correr, por los caminos
de tierra, de tratar con los cretinos,
y de aguantar la fuerza de un mal viento.
En la búsqueda amor de un tratamiento,
no acepta los consejos clandestinos,
pero deja de lado los tocinos
y para retrasar el hundimiento.
Enfermo el corazón de noche grita
a la luna, que llora su desgracia,
la vida parecía tan bonita.
Ahora se parece a la falacia,
una buena oración en la mesita,
y la mano de Dios con eficacia.
Carlos Puchelar
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