martes, 12 de septiembre de 2017

SUSTANCIAS DESCONOCIDAS


Desde hacía unos días el río estaba lleno de peces muertos. Los vecinos estaban preocupados. Algunos habían recogido varios y se lo habían enseñado al alcalde. Este manifestó que se analizarían para descubrir las causas que originaron la muerte. Cerca del pueblo no había ninguna industria. Tal vez algún pesticida de los campos cercanos fuera el origen de la mortandad.
Los análisis realizados a varios peces no aclararon nada. No había restos de pesticidas. Había una sustancia desconocida por los químicos del laboratorio. Era la que ocasionó las muertes pero nunca la habían visto. El compuesto contenía dos sustancias desconocidas pero altamente peligrosas para los peces. No sabían si afectarían de igual manera a las personas. Los técnicos del laboratorio mandarían las pruebas al laboratorio nacional. Tal vez allí conocieran el compuesto y aclararan algo. Mientras tanto se ordenaba a los vecinos no acercarse al río.
Un mes después nada se sabía. Desde la capital aún no llegaron datos de los análisis. Seguían apareciendo peces muertos a los que se habían unido pájaros e insectos. No se registraba ningún caso entre la población humana.
El olor que llegaba del río empezaba a afectar las vías respiratorias y toser era cada vez más frecuente. A veces las reuniones resultaban un concierto de carraspeos.
Dos meses después el informe del laboratorio nacional confirmó el local. No eran conocidas las sustancias que componían el compuesto asesino. No había ningún remedio para anularlo.
Dos niños ingresaron aquella tarde con un problema respiratorio agudo. El compuesto empezaba a afectar a los vecinos. Los médicos no sabían cómo actuar. Los fármacos de que disponían no curaban el brote.
Al iniciarse el tercer mes a las víctimas animales se unió la de cinco niños menores de un año. Los vecinos iniciaron la huida. Se cerraron las primeras casas.
Un año después y de más de un centenar de muertos el pueblo estaba abandonado. Apenas quedaban tres o cuatro familias.
Igual ocurrió en los restos de pueblos de la ribera del río.

JOSÉ LUIS RUBIO 

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