Hasta en el cuerpo siento tu perfume
que en alabanza y canto se persigna
y tiembla el alma el juicio que le asigna
tanta luz que al instinto venga y sume.
¡Qué tanta lucidez jamás me abrume!
ruega al viento la frente más indigna
Tanto fuego no me haga ser maligna,
¡qué tanta bendición hoy me consume!.
Palabras, son palabras solamente
lanzadas al ocaso de los vientos.
Mas calan confundidas en la mente.
Amar es subyugar los cenicientos
cabellos del amor, amada frente,
Amar es olvidar tus mil alientos.
Carmen Elvira Azparren Caballero
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