Hace ocho años arribó Chole
y no he podido decirle adiós
se ha instalado en su traje de hule
me ha quitado la fe en Dios.
Con sus enaguas nubla mi vista
envuelve todo en desesperación
mi vida llena solo de aristas
no veo campiñas, ni días con sol.
Continúa Chole libre y contenta
pasea sin rumbo en mi habitación
llena rincones, pinta paredes
está en los pliegues de mi colchón.
Me he acostumbrado a su perfume
a sus cabellos negros sin luz
a su andar lento, interminable
a su presencia fría y sin paz.
Mas pobre Chole no se percata
que en mi interior ha nacido un sol
gracias a ella caí en la cuenta
que el universo es mi canción.
Gracias a Chole y sus silencios
mi corazón cerró el portón
a anhelos vanos, falsos, mundanos
se asoma el sol por mi balcón.
Ya no permito que su rebozo
cubra mi rostro, ni mi cabeza
cambio a Chole, por luz en gozo
bebo el néctar de la grandeza.
Ahora Chole por La Minita
se sienta sola en un rincón
a esperar horas que alguien la invite
un trago fuerte de buen sotol.
Le dé refugio, la lleve a casa
e impregne Chole con su amistad
patios, zaguanes, cuartos y salas
y su hogar llene de soledad…
AMARANTA MADRIGAL
Publicado en Ágora
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