domingo, 1 de mayo de 2016
CAPEADOS SENTIRES
La esencia atribulada del poeta,
desata vientos embravecidos,
levantando con rudeza, un mar
de piedras candentes, en búsqueda
de respuestas.
Ahoga todo un mundo de tristezas,
en fuente sin agua y sin flores, que
se pierden entre las sombras, de un
tiempo sin retorno.
Lúgubre es la capilla de su alma,
en medio de un coro de plegarias
y murmullos, complicidad macabra,
con el graznido de los búhos, en la
obra otoñal de su esquizofrenia.
Carmen Pedreros Avendaño -Perú / Guatemala-
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