sábado, 17 de enero de 2015

EL PERDÓN


Compañeros de la eternidad
que se otorgaron en el camino
sueños del mañana
entre regalos prodigados
las rosas con espinas se adjudicaron
en el transcurso del tiempo
alegría y tristeza se entretejían
cual susurro del alba.

Aceptación de hechos imperdonables
donde las alas quedaban perdidas
en el vacío de caricias
lejano suspiro.

La percepción fue efímera
del daño que penetraban
las espinas de aquel rosal
pero en su momento la herida fue fatal
no pudiendo soportar
el daño infligido.

Sufrimiento del alma
ver el dolor que traspasa
donde la llaga irrita
protección que intimida.

Ineludible fue la separación
dejando en el firmamento
recuerdos de un sueño
que en el tiempo se disipo
pretensión de ser un gran amor.

Tal alejamiento
marcaba un dolor inmenso
dirigiéndose a nuevos caminos
llenos de temor
incertidumbre en el corazón.

Las afrentas creadas en el tiempo
golpearon con tal sufrimiento
siendo la única cura
pedir perdón
para poder continuar sin rencor.

No fue fácil superar el sufrimiento
cuando se pretendió entregar toda la pasión
ahora estas almas se pueden ver
en las miradas
sesgos de ternura quedan
sin guardar rencor
gotas de la existencia.

Ahora cada quien
surca nuevos horizontes
la paz en el destino.

Sandra Méndez -Guatemala-

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