jueves, 29 de enero de 2015

UN NIÑO LLORANDO


Cuando iba caminando
por el bosque he visto
a un niño llorando
porque a su padre ha perdido.

Me acerqué a consolarlo
y le dije que le ayudaría
si dejaba de llorar a encontrarlo
porque muy lejos no estaría.

Anduvimos unos metros
y al doblar una esquina
vimos unas huellas en el suelo
que hacía la carretera se dirigían.

Seguimos las huellas y al final
del camino vimos sentado
en un tronco al padre del chaval
que salió corriendo a abrazarlo.

Me despedí de ellos esperando
que se cruzasen nuestros caminos
de nuevo cualquier día del año
entre aquellos milenarios pinos.

JOSÉ LUIS RUBIO


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