Un hombre sin fe y esperanza es como un río seco, un árbol inerte, es como la lágrima que no brota, en una tierra inhóspita.
El hombre con fe es un infante de corazón limpio, con sentimientos puros, un ser sin malicia que entrega el corazón sin codicia, sin ambición alguna.
Aprendamos a ser humilde, como aquel infante que nació en un pesebre hace más de 2 milenios, aquel que siendo hijo de Dios, estuvo rodeado de animales, con el único amor y protección de sus padres terrenales.
A todos mis amigos y seguidores de todo corazón les deseo una ¡¡FELIZ NAVIDAD !!, Que el niño Jesús habite por siempre en sus corazones para que mantenga encendida esa fe y esperanza en sus vidas y la de todos sus seres queridos, son los sinceros deseos de esta amiga que te quiere.
Lorena Alvarez Cañarte
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