Detrás de mi
una tumba con su bóveda negra
con fantasmas de bronce
y sus voces de nieve.
Romper en sangre mis temores
postular las sombras con su inútil vacío
que mas da al final la tarde
se quiebra como el agua evaporada.
Adelante
un suspiro gélido que desgaja el tiempo
rondan sus segundos asesinos
en la profundidad del reloj desterrado.
Lo peor de todo mi lugar agoniza
en lo mas efímero del día
la muerte rodea lo que soy
con su ímpetu sarcástico.
JUAN MAURICIO OCHOA GALLEGO -Colombia-
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