Redonda, redonda, el camino
pisas dejando tu huella.
Hiciste más fácil el camino
y te adueñaste de él
arrinconando al caminante.
Primero acompañaste a animales,
después te hiciste amiga de piernas
y por último de ruidosos motores.
Hoy eres imprescindible
y sin ti no se hallan
cuando por la tierra viajan.
Ruedas y ruedas y nunca te cansa
aunque a veces tanto rodar te desgasta
y terminas en un montón
en un triste descampado.
Ruedas y ruedas sin control a veces
porque quien te lleva cargado de alcohol
no sabe dirigir tu rodar.
Quiero yo rodar contigo
y hacer caminos entre árboles
gozando de la belleza del paisaje.
JOSÉ LUIS RUBIO
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