Dímelo Dios...
que no te escucho
ese frío, sin hogar
si habrá que esperar mucho.
Será que no habrá cambio
para estas tristes vidas
¡señor dales una respuesta
a su pobreza sin salida!
A ese frío hogar improvisado
sin cuartos, sin espacios
donde el aire desalmado
penetra y cala el hueso, muy despacio...
Llantos de niños sin abrigo
madres que rezan y que imploran
manos abiertas, sin amigos
que escuchen sus penas
¡cuando las almas lloran!
Navidades sin juguetes
años nuevos sin respuestas
donde el hambre arremete
y no hay una paila puesta.
¡Ay! triste vida sin destino
portales de pobreza
la impotencia, el desatino
sin platos en la mesa
ese nudo en la garganta
la realidad sin voz
crudeza que espanta
hasta cuando, por favor ¡dímelo Dios!
Baly Quiel -Panamá-
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