Quizás exista el duende del sentido
la razón, que equilibra la balanza,
hipócrita máscara de la vida,
el silencio ante la duda, esa trampa.
Interrogantes, miedos, y cadenas,
firmas indisolubles ¿O es conciencia?
La verdad sólo la imprime uno mismo
en los profundos pliegues de la mente
donde no penetra si no su dueño
en lucha constante y resoluta
frente a frente, jinetes … sin lanza.
Yo, ya intente, ganar con la razón,
y rendí ante tu amor sin darme cuenta
las armas, el orgullo y mi valor.
Mayte Andrade -Benicarló-
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