…Y me senté a sus pies
y comprendí,
“que era un maestro”
¡cómo enseña e instruye¡
¡cómo ama y comprende¡
¡cómo nos hace ser amor
desde el centro del universo¡
el nos guía y nos nutre
lo oímos en el silencio,
nos dice siempre
verdades que nos asombra,
y nos hace bajar la cabeza
y nuestro ego.
Déjenme de vanidades
de sutilezas y de requiebros,
que moro en las montañas
donde los siervos,
donde la humildad es ley,
donde el silencio habla
por si mismo
desde todos los tiempos,
y al oír su voz,
comprendí que todos
llevamos un maestro dentro.
y aprendí a dar fe de él
con mi propio comportamiento.
Y empecé a ver a Dios
en la humildad de pensamiento,
en obedecer sus leyes,
en no juzgar a los demás,
en dejar al mundo correr,
olvidar y andar ya
con el sol dándome en la cara
para ver la realidad,
y por la noche la luna
a la sombra de él estará.
renovando mis pensamientos
para poder caminar,
Y aprenderé a formar
pensamientos de valores altos
para poder realizar mis sueños,
caminar teniendo el corazón en las estrellas
y la esperanza en el universo,
hacer de mi hogar el centro
de todo lo bello,
donde cualquier persona
pueda venir a verlo,
a conversar y a ser feliz,
ese es mi sendero,
dulzura siempre tendré,
en estos,
los nuevos
tiempos.
FRAN TRO
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