Tan solo me has despedazado
una vértebra atravesada en dolor,
amarrada al equilibrio del aire,
habías nacido con un cuerpo etéreo
en una vela desplegada a la eternidad,
tu imagen balanceándose invisible
amarró sus cabos a mi pensamiento,
llegaste llena de inquietud y agitada
entre los coros que ofrendan al alba,
saboreaba tus caricias, son tus ojos,
me infundías vida con tu ritmo,
ser libre es no ser obligado
y sin embargo el escozor
hace que mis ojos se nublen
ante los poros de tu piel.
Déjame recordarte,
(las memorias del alma
no se suprimen
se cristalizan)
y créelo como real,
que el sol avanza en el espacio
victima del aire,
oloroso como fría noche de oro
a media asta, a partir de aquí
yo hurto el lapso y tu cuerpo
entre una tormenta de astros,
la cuestión no es esa,
sin garras tu contextura
es pura brisa
que destila magistral
el indulto a mi audiencia.
Valiente, no hay engaño,
otras sangres, las mías
hacen con agujas
péndulos entre paseos de vapor,
ternuras y sentimientos
que son jarcias en firmamentos
sembrados de extrañas bestias
sin descubrir el mar,
mi sueño estricto, rompiendo la luz.
Manuel Vilchez Garcia de Garss
No hay comentarios:
Publicar un comentario