lunes, 5 de mayo de 2014

VINO ROJO


Gota a gota el vino
fue enrojeciendo las blancas
losas de la habitación
mientra yo miraba
sin ver la copa que iba
quedando vacía.
Estaba solo. Todos se fueron
hacía un par de horas
dejando copas y platos sucios
en la mesa y en el suelo.
Cansado me senté en el sofá
y dejé caer el vino gota a gota.

Cogí otra botella de vino rojo
que descorché lentamente.
No bebí porque detestaba el vino
así que lo dejé caer gota a gota
sobre el suelo blanco
lleno de migajas de pan.
Viendo la mancha roja del suelo
recordé otra que en mi dedo dejó
hace muchos, muchos, muchos años
en el suelo de una cocina de carbón
donde mi madre guisaba
para todos sus hermanos.

Fue un corte limpio
con una cuchilla de afeitar
con la que jugaba imprudente.
La sangre manaba sin parar
y yo muy asustado lloraba
desconsoladamente mirando
mi dedo ensangrentado
que goteaba manchando el suelo,
de rústicas losas, de rojo,
mis pantalones cortos,
mi camisa blanca
y mi zapatillas azules.

Cayó la última gota.
Tiré la botella que rodó
hasta la puerta de cristales
donde quedó dando vueltas
y derramando las últimas
gotas intensamente rojas.

JOSÉ LUIS RUBIO

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