Su corazón se encanto
al contemplar extasiado,
la belleza de la flor
que lo dejo enajenado.
Era el ungüento perfecto
a su llanto y su dolor,
se enamoró como un necio
declarándole su amor.
Van quedando en el olvido
las penas que le dejo,
una traición lastimera
de aquella rosa que amo.
Mira a su bella flor
contemplando el horizonte,
le besa como un demente
que está loco por su amor.
Eres mi amor le dice
la razón, de mi destino,
eres tu mi medicina,
para borrar del camino
el fantasma que me oprime,
de la ingrata rosa negra,
¡¡tan ingrata, que me oprime!!
DARWIN I. FLORES VARELA
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario