El embate del mar con fuertes olas
golpea sin piedad en mi costado,
porque pensando en tí, si estoy a solas,
en mi pesa el estar enamorado.
Un resabio de amor y caracolas
trae en sus aguas éste mar salado
salado como lágrimas que Arolas
describe en su versar apasionado.
Ahora mismo un tango compadrito
reposa en las espumas de la costa,
traído por un mar de lejanías
e inunda con su argot y letanías
taladrando el silencio con su grito
la Corrientes que supo ser angosta.
Rodolfo Cavallo Noetzly
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