Bella máquina escritora,
amiga de mis fracasos,
¡cuántas veces me ayudaste
a dar forma a los trabajos!
Con tus musicales ruidos
suplías talento escaso.
Llegaron tiempos modernos,
Que te dejaron de lado.
Pero, dulce compañera,
nunca te irás de mi lado.
Raúl Lavalle
Publicado en la revista Literarias
No hay comentarios:
Publicar un comentario