domingo, 4 de mayo de 2014

MADRUGADA


Y es al llegar la madrugada cuando presiento que te siento.
Busco tu cuerpo en los adentros de las sabanas y los rizos
de tu pelo entre la almohada.
Quiero pensar que no es imposible, quiero, resplandecer
en este intento, aferrarme a ti, los dos juntitos, irradiar
felicidad, aunque no tenga sentido…
Me falta el aliento…Madrugadas disfrazadas con el antifaz
del sueño, y solo reflejos de lejanos destellos acompañan
este momento…
Gotas de lluvia caen en la ventana, que, en carrera loca
desaparecen como por arte de magia. Y quiero al mago
pedirle, que con su varita me salgas al encuentro…
Ando sentada en un banco, a la sombra de un olmo,
y rodeada de romero, ese que cuando al campo íbamos
ponías en mi cuerpo, y al bañarnos en el río el agua se
enamoraba de nuestras risas y juegos, y salía a nuestro
encuentro para llevarse nuestros roces de piel y guardarlos
en cajita de plata, para sus sueños… La tiene en el fondo
del río, con llave y candado para que no se la lleve la corriente…
Y llega la noche y no estás aquí… Madrugadas de habitación
impregnadas de solitaria soledad, cuatro esquinas oscuras,
vacías, como nuestra cama con tu ausencia…
Te fuiste, la excusa era buena, vino a verte la muerte,
con su halo frío y manto negro, te envolvió en sus líos
y te alejo de mi vera…
Y donde estarás cuando te sueño?, presiento que llegas
Y me llenas de abrazos y besos, mi piel se estremece,
entre estas sabanas que recibieron tantas caricias llenas
de te quiero…Y mis ojos abrir no quiero…
Veré las cuatro esquinas vacías, y a mi cuerpo solo en el lecho,
estremeciéndose en gemidos dormidos que aún recuerdo…
Y siento tu llegada, como brisa fresca de aquellos tiempos,
el sabor salado de nuestros cuerpos, de paseos interminables,
de playas cómplices de nuestras noches locas. Arena en los zapatos
rozando mis pies y a ti, a ti, la boca…
Alumbrados por la luna roja, avergonzada de ver cómo nos amamos
entre las rocas. Las olas se acercan, y con risa de espuma en su boca
se retiran, para dejarnos mecernos…Las gaviotas nos miran, y alzan
vuelo, se van mar adentro…Y así son los ciclos de vida, unos comienzan
y otros…, otros, murieron en el viento…

… Y es al llegar la madrugada, cuando presiento que te siento…Toco
tu cuerpo y acaricio tu pelo, y sueño…Y contigo sueño, noche tras
noche a ti me entrego…

LOLA WIZNER 

No hay comentarios:

Publicar un comentario