Cuando la luz temblorosa del ocaso
igual que un hilo de metálica ternura
suspire y sonría entre las manos
de alguna mujer,
¿Qué será de todo aquel que se olvido
de soñar?
Cuando el ebrio frenesí de las nubes
entreguen su vehemente orgasmo
como cristalinas gotas de lluvia sobre
cuerpos que no cedieron sus almas,
¿Qué será de los poetas que al amor
no le cantaron?...
JOSÉ DE ZAN
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