sábado, 3 de mayo de 2014

DESVENTURADO EL QUE…


Desventurado el que no supo
gozar del cálido verano,
en la playa promiscua del sol y de los cuerpos,
cuando la muerte y el invierno
carecen de importancia;
el que no quiso, el que no pudo
vivir el frenético carnaval de la vida
danzando sin parar hasta el alba.

Desventurado aquel que llegó tarde
a la gran fiesta,
el que no pudo
alcanzar el postrero tren del día,
sentir en el espejo de Narcisos
la tersura y la envidia de un rostro
o beber la ambrosía embriagadora
que sólo a unos pocos Ganímedes ofrece.

Desventurado siempre el que no pudo
dialogar con los cuerpos de los otros,
y sentir la fragancia de todos los placeres.

Desventurado el hombre que no supo
vivir su juventud irrepetible
-que sólo es un verano la existencia-.
Pues no basta estar vivo, si la sangre
no es cálida, rebelde e incansable,
si el parque está marchito, solitario,
y aquel ser
-quizá quien más profundamente pudo amarte-
hoy vino a recordarte que es otoño.

Del libro “DE LA ETERNIDAD DE LA BELLEZA” de PASCUAL-ANTONIO BEÑO GALIANA -Ciudad Real-
2º Premio, XXVII Certamen de Poesía Searus, 2004

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