Solos quedaron los viejos
reposando su camino
y los jóvenes se fueron
a cantar con los pinos:
"Y la niña Clara
debajo del almendro,
bailando con las jaras,
junto al arroyuelo"
Éstos se fueron durmiendo
en incansables batallas
de tabaco, muerte y risas,
con las voces apagadas.
"La luna llora, celosa
de su cortejo de estrellas
que son ojos de mozuelos
que la desnudan al verla"
Unas ilusiones duermen,
otras ilusiones callan,
y los amores se pierden
en esta noche tan clara.
MANUEL JIMÉNEZ
Publicado en el blog instante cero
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