Cuando todo se rompe y el mundo pesa como cien mil cicatrices,
dos hilillos que parecen surgir de un vaso roto,
tiraran con la inercia de la necesidad,
de ti
de todo lo bueno que mereces.
Cuando todo parece resbalar como sobre musgo viejo,
lo poco que creas que ya es nada,
será lo que haga escupir al fénix,
los posos
de lo que será la salvación de los días.
Cuando todo es un pozo ciego de hollín y pez,
la fuerza inhumana que hace a los humanos
ser hombres,
rondará cerca del pellejo de las cien mil cicatrices
y verás que lo que se rompe renueva.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ-Mérida-
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