Tu cuerpo, joven mozuela,
ante mis ojos mostraba,
toda belleza que daba,
la juventud que desvela.
Ingratos tiempos del hombre,
si yo pudiera degustar,
la belleza de tu amar,
sin que al mundo asombre.
Si viviera para siempre,
no me hiciera preocupar,
la juventud de tu vientre.
Que me llena con el ansiar,
de la pasión que urgente,
a diario hace suspirar.
José Prado -Estados Unidos-
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