(22 de Marzo,2014, Madrid, Marchas de la Dignidad)
Las sombrías Soledades de Antonio
guardan recuerdos extraños y alegres
de nosotros, los lectores que fuimos.
Éramos aún ayer todos adolescentes.
Al fin de laberintos solitarios, el aire
de desencanto, en que apenas suena
una voz libre, y trémula y segura.
Lástima que, luego, el mundo fuera
más triste que los versos de tu libro,
Antonio: el mundo que se impondría
de obligada lectura.
Andrés Acedo
Publicado en la revista Un día es un día Ágora
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