Más, ay, que engañado estoy,
que vuelas, corres y ruedas,
tu eres, tiempo, el que te quedas,
y yo soy el que me voy
Luis de Góngora
Tu vida marcada por las más excitantes
contradicciones, hombre de Iglesia
sin vocación, amante a ultranza de la vida
de la gracia femenina y la belleza sublime.
Dejaste el sello perfecto e inconfundible
de tu ser inconformista
adorador de los ritos
del ensueño de su aroma celeste.
Toda tu poesía es incomparable.
Escribías para quién fuese capaz de comprenderte
pues poco te importaban los necios intelectualoides
que para enigmas la ascendente
y armoniosa metáfora del que corre,
vuela y se queda, nuestro compañero indiscutible.
Del libro La incierta superficie de FRANCISCO MUÑOZ SOLER
DE FACEBOOK - 6735 - JEROGLÍFICO 439
Hace 5 horas
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