Se posa la polilla en la rama
buscando un poco de luz
donde girar, girar, girar,
pero la luz está lejana
hasta ella solo llegan
los destellos que no la animan
a seguir su vuelo,
que no la animan.
Quieta permanece en la rama
temerosa de que el ave rapaz
la descubra clavándole su pico
que terminará con su fugaz existencia.
No se mueve la polilla
le va en ello la vida
mientras espera el rayo de luz
que despierte su vuelo.
La noche lo envuelve todo
pero la noche tiene vida,
mucha vida, en su oscuridad,
como la de la polilla
que descansa en la rama
atenta al vuelo de la nocturna
rapaz que busca su diario
alimento desde las sombras.
JOSÉ LUIS RUBIO
RECITAL ANDALUSÍ EN LOS BAÑOS ÁRABES
Hace 4 horas
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