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Donde debo ir
No me espera nadie,
Ni una mueca de odio,
Ni el más leve de los desprecios
Esbozado en una mueca.
Tan despacio como puedo
Me levanto de la cama
Desentumeciendo los huesos,
Recogiendo los huecos
Que han quedado en el sueño.
Tan despacio como puedo;
No me espera nadie,
Donde debo ir
No queda nada,
Ni una boca de dientes negros
Con aliento de aroma mancillado
Por la infección del destierro.
Quizás, tal vez no vaya;
Donde debo ir
No me espera nadie,
No me espera nada.

Del libro En pie de tregua de DANIEL GRANADO PULIDO -Cádiz-