Qué me pareció esta locura
El mundo es; no hay que hacerle. Lo primero que debe haber comprendido su creador, si lo hubo, es que implicaba el aburrimiento. Llegó el hombre y vino a ser, con el tiempo, rey de conjeturas y suposiciones. Fijensé que no deduzco: demencia en estado puro.
Fijensé lo aburrida que es la porción de presente que nos toca. Conjeturamos que el presente verdadero sucede a otras personas, en otro lado. Que la novela es posible. Cómo no creer en el Génesis.
Por su parte, el buen futuro murió. Suponemos que el futuro es malo pero el pasado es peor. El presente nos aburre porque es más grande que nuestra capacidad de entretenernos sin tiempo.
Poco es tan perdurable como la esquizofrenia. La llamada normalidad es alguien que pasa de largo por entre gentes rumbo a no se sabe qué. Seria cosa. A cambio, las manías llegan a instalarse en nosotros y a prepararnos para el retrato que nos harán. Lo peor de cualquier cosa comienza por su reiteración. ¿No lo sostenía Borges? ¿O era él, el sostenido? El giro la convierte en rueda. Ruedas que llenan la ciudad y musicalizan. Es preciso vehiculizar estas ruedas para que en lugar de aplastarnos, nos lleven. Estoy tratando de echar por tierra las dicotomías.
Fabricado o indeseado, todo tiene un final. Sea un sosiego, una temporada de cordura, una dosis de tiempo espeso.
Me pareció que la locura da para mucho. Hasta para hacerle la prosa. R. R. pretende hacerle terapia a esa prosa donde tuvo enredada un montón de gente.
Me pareció que todos estamos enfermos. De verdad; ser como somos es una manía vergonzosa. Caernos simpáticos, parecernos mundanos, para que la manía se nos vuelva endémica.
Es patético que tanto demente no comprenda su demencia. Resultando además, que resulta patético. También lo es que consista en ello uno de los pocos grandes dramas de la humanidad. Que la cuestión avance y se agudice a medida que avanzamos, lo es. Que seamos lo que no somos hasta reventar en el pimpollo de lo que somos, lo es.
Un proceso, es. Que ya no suena igual, que suena a varia cosa.
Epílogo de Simón Esain para la edición electrónica del libro “Muestra en Prosa” de Rolando Revagliatti y para la re-edición en soporte papel.
ME REBELO
Hace 5 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario