arpegiando las cuerdas de luz
al derrame de la colina.
Estalla en llamas.
Volutas de acordes naranjas
los cipreses lloran encantados
las nubes se ahogan
el humo revienta
el tiempo tarda lo que yo quiera que tarde.
La tarde vomita una noche exacta.
La noche escupe un alba imperfecto.
El tempo tarda lo que yo quiera que tarde.
Este claro de luna y yo somos
realmente
perfectos.
Y
de algún modo
irrealmente
a la vez,
también.
Oscar Malvicio -Gerona//Azuqueca de Henares-
Publicado en la Biblioteca
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