Entra por donde quieras al frío.
Dejaré encajada a la virtud de tus pasos
el hogar de las sábanas. Atraviesa
la mano alzada que no muestra la pausa,
que te incumbe y te implora el paseo.
Es en el lugar de los sueños donde la vida
deja de serlo para ser porvivir,
orgasmo de azul frío en mañanas de domingo.
Dejaré encajada la puerta que no buscas
por si un camino perdido asoma
del laberinto de los relojes sin aliento.
Sé de un paraje entre paredes
en el que las noches más silenciosas
la risa despeina el flequillo de los muertos,
y la sangre es una fiesta estrellada
y los enchufes sirven los vinos mejores.
EDUARDO FLORES
Publicado en el blog lamuertedelsuspiro
martes, 23 de julio de 2013
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