Me hablás del tiempo perdido,
de la noche.
De tu promesa y final,
de lo que fuimos.
Susurrando mi nombre en otro idioma,
me dejarás caer.
Ya es tarde para crear otoños,
para abrigar silencio.
¿No lo ves?
Hablás de la vida y de la muerte,
del vacío que quedará en tus días.
Y esa puerta...
tu puerta no me abre.
Igual voy a escapar:
ya es tarde,
aunque tu corazón no quiera verlo.
Gonzalo Salesky
Publicado en la revista Nevando en la Guinea 33
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Hace 5 horas
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