creando nuestro entorno a su manera,
y lo finge, lo emboza, lo adultera,
confiriéndole un temple casi humano.
Número, bloque, perspectiva, plano,
nos asedian y burlan. Se apodera
de nuestros propios ojos tal ceguera
que nos impide ver lo más cercano,
cuanto en nosotros mismos se amotina,
burbujea, conmueve y raciocina,
única realidad que nos compete.
La de fuera es quimérica, distante,
bajo el sentido, en distorsión constante,
no más que problemático juguete.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-
No hay comentarios:
Publicar un comentario