a Yiya Murano
Los pagarés se borran
en un invertido semicírculo
de cuentas que no cierran
y añejas tardes
de confiterías y té canastas.
Enrarecidos soplidos
(un crujido ácido y vaporoso)
el cianuro
llama
desde la tetera que rechina,
las masas finas
son un puñal de almíbar,
un perfecto disfraz en bandeja
que conduce
a un cementerio repleto de almendras.
FERNANDO MARQUINEZ -Argentina-
Publicado en la revista Lamás Médula
FELIZ NAVIDAD
Hace 13 horas
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