viernes, 14 de junio de 2013

NACER A LOS TREINTA AÑOS

Nunca me sentí nacer, hasta que te conocí,
ya tenía treinta años pero contigo nací.
Me llenaste de ternura, de comprensión, de cariño,
fui aprendiendo paso a paso, hasta aprender el camino.

El respeto nos unía, dialogar era un placer,
estar juntos, otro mundo…contigo, me hice mujer.
Los dos éramos distintos al resto de la sociedad,
ni mejores, ni peores…sólo personas, sin más.

No podría olvidarte aunque yo quisiera
sólo tú me entiendes y me sobrellevas.
Nunca eras tú, jamás era yo,
éramos los dos y nuestro alrededor.

Eras tan paciente y tan comprensivo…
¡Qué suerte la mía! haberte conocido.
¡Qué suerte la mía! que fueras mi amigo.

JUAN RUIZ MORAL

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