El coqueteo de lo real con lo ficticio.
La seducción con la escritura.
La sensibilidad de una historia, relato o poesía.
El escribidor da rienda suelta a su imaginación.
De su mano fluyen melodías en forma de palabras.
Expresa en ese momento lo que brota del subconsciente.
Un rio de sensaciones recorre los recovecos más íntimos.
Con la escritura nos desnudamos sin pudor.
Desvelamos miserias y nos abrimos en canal.
Escudriñamos nuestra conciencia hasta escuchar el quejido
más profundo del eco de nuestro propio Yo.
La escritura es el orgasmo del cerebro.
Una explosión de ideas recorre los sentidos.
El placer se derrama en la literatura donde cuerpo y mente
se funden buscando la magia que nos hace vibrar.
JUAN RUIZ MORAL
No hay comentarios:
Publicar un comentario