DAR SIN ESPERAR

Das tesoro a cambio
de un puñado de piedras
y no te afliges.

Ofreces el tercer movimiento
que impera en volandas
y no te afliges.

Te adelanta el último
para no quedar atrás
y no te afliges.

Partes la lanza que atraviesa tu corazón
y continúas sin afligirte.

Atesoras los traspiés que rondan
y la sonrisa vas prestando
a la vez que desobedeces al llanto
y no te afliges.

Vas de prestado en casa propia
y resistes.

¿Qué te ronda en tu quebranto,
que permites tanto y tanto?

LOLA FONTECHA -Jaén-