Cuando aprieta el calor
hay que caminar, sin prisa,
por las montañas asturianas
dejándome dominar por los paisajes
que recorro de una belleza
difícil de expresar con palabras.
Uno de los puntos a visitar
es la gruta de la Santina
pequeña virgen morena
y junto a la gruta el santuario
de Covadonga de piedra rojiza
que contrasta con los verdes
de los valles que la rodean.
Amaneció con una densa niebla.
Al mirar al santuario
lo vi suspendido en el aire
emergiendo, entre las nubes, majestuoso.
Colgada de un puente
encontré la cruz de la victoria
y subiendo fui topándome
con los lagos de limpias aguas.
Siento la tentación
de quitarme la ropa
y darme un baño reparador
aunque el frío reinante
no lo haga aconsejable.
Sigo subiendo, subiendo,
respiro con dificultad
y he de parar frecuentemente.
Subo lentamente.
Al alcanzar la cima
veo ante mí un paisaje
de ensueño que me hiela
el cuerpo y el pensamiento.
Del libro inédito Viajando por internet de JOSÉ LUIS RUBIO
DE FACEBOOK - 6741 - ACTUALIZACIÓN
Hace 23 horas
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