Poeta Universal:
Después de conocerte
y cercarme el oro de tus templos,
un aire entrecortado
como el discurso azul
que tiembla entre los árboles,
atrinchera costumbres invasoras
de mis dedos en páginas
de orquestales sonetos,
moviéndose en raíces
de lo profundo y denso,
entre alturas de acacias
y pájaros vencidos
que me llevan al vértigo
de azules o al fervor de la madera
que desayuna entre ellos.
Y en esa permanencia
donde tu mano obliga
al color de los verbos, se examina
mi pobreza; me siento voz humilde,
y flota tu distancia de la mía.
Poeta Universal,
¿Con qué abundancias juega
el pulso de tus lluvias?
Desde tu altura amable,
concédeme un tallo de metáfora.
Esther González Sánchez -España-
Publicado en la revista Con voz propia 52
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