Imagino que además de los llantos que escuchamos hay otros
Otros que en otros lugares ensordecen otros oídos
Oídos anestesiados como los nuestros
Porque entiendo que cuando no se puede aliviar el dolor del que sufre uno se acostumbre
Y es la costumbre la que hace que un paisaje se vuelva árido como el alma del que en él vive
Siembra una rosa y riégala para que tu hogar sea un paraíso
Y que nadie la arranque, protégela con tu vida
Publicado por
MARÍA JOSÉ BERBEIRA RUBIO (Castelldefels) en su blog dondehabiteelolvido-airama
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