En la torcedumbre
de los dientes
se oculta la aventura,
los mares recorridos
a vela y ebrios,
todo lo que degustamos
entre las sábanas
y la piedra,
la locura calma, el azar como
juego y oficio,
los tiempos de violencia y paz
el humo disperso,
las conversaciones
viciadas.
En la torcedumbre
de los dientes
está el recorrido de los cuerpos,
la aventura de la carne y
el desgarro
suave.
Mil y una mujeres
se perdieron
en la torcedura
de los dientes,
como un laberinto que
prometía resolución
a tiempo; calma
y
tempestad
según la fecha,
según el sol.
Del libro Breviario del lugar de Alejandro Cardozo Uzcátegui
Publicado en el blog teresaeneltiempo
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