Después de viajar Las huellas del último viandante
La edad de la rosa desciende
Al viejo taxi urgido por la dicha
Al acecho de la piel y otra fantasía
Tener que simular Y no pasa nada
Despedirnos como simples amigos
Tiempo hábil para la rebelión
Y el silencio
Tiempo arduo para un encuentro sin mesura
Por qué esta necesidad urgente
De ceñirnos y abrigar el ser
Por qué este deseo imprevisto
De husmear mi cabellera y mi cuello
Robin Hood de la Ciudad de los Reyes
Hijo de migrantes lejanos
Yo amé tu nombre guerrero
Mientras recitabas sucesos del país
Fumando tenaz hierbas de la amazonía
Pero ¿pusiste de tu parte?
No logré contrariar el designio
Al que nos condenaste
El amor se mezcló con las batallas de la tribu / de la Historia
el diluvio / el Sol / el ruido / el claxon
¿Quitaste las piedras del camino?
Es mi poema el polvo o la melodía
El se desliza en varios dialectos y me dicta la palabra adiós
Esta flecha revela el pájaro que cae remontando la mágica sal de la piedra
Lima febrero 17 once y cincuenta de la noche
Nada ataja la destrucción
Ni el tatuaje que grabaste en mi espalda
Ni el cuadro surrealista que pinté
ROSINA VALCÁRCEL (Lima-Perú)
Publicado en la revista Movimiento Internacional de Escritoras
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