sábado, 9 de marzo de 2013

MUJERES Y TERCERA EDAD


    8 de Marzo día internacional de la mujer. ¡Que mal!.¡ Un día al año para recordar a las mujeres, es de locos!.  Esta fecha no se tendría que celebrar porque somos aproximadamente el 51% de la población mundial y no es porque el otro 49%, los hombres, quieran festejar el echo de que seamos guapas, listas, intelectuales o simpáticas, no, ni hablar, sino porque cuando se dedica un día del año a una causa es  que está de momento perdida o casi. Estamos recordando las desigualdades sociales entre unas y otros.
  Tengo 71 años, soy pensionista y no estoy jubilada ni de la vida, ni de nada , solo lo estoy de mi profesión porque cada día cuando me levanto por la mañana siento con júbilo y alegría que estoy aquí con ganas de hacer cosas y con la imaginación y salud suficientes  para poder llevarlas a cabo y sobre todo porque soy mujer. Me siento privilegiada por todo ello y sinceramente me gustaría poder decir que hay muchas mujeres con mi edad y aún más jóvenes que se sienten de la manera que yo lo hago.
 Desgraciadamente el ser mujer es ya de por sí un trabajo extra y si encima eres abuela en el sentido peyorativo de la palabra la cosa se complica bastante. La mujer que trabaja fuera de casa y cobra un salario, al jubilarse y cobrar su pensión que en teoría debía servirle para su autosuficiencia, sirve para lógicamente incrementar el poder adquisitivo familiar y aún cuando las horas del día que empleaba en ello debería tenerlas libres, ahora por el contrario está a jornada completa  en  ese otro trabajo nunca pagado y siempre obligado que son las tareas hogareñas.  Además como siempre hay nietos de por medio hay que cuidarlos para que los padres o sea los hijos puedan ir desahogados sin necesidad de pagar guarderías o cuidadoras asalariadas, porque en este país son deficitarias las guarderías sociales y son las abuelas las que suplen estas carencias;  mujeres mayores de 65 años y más, que no se jubilan, no tienen paga, ni la han tenido nunca.         Se habla de que merecen  un reconocimiento por su labor de décadas. Muchas pagas tendrían que cobrar pues ejercitan los oficios de cocineras, planchadoras, lavanderas, niñeras, economistas etc., pero en realidad como son madres, esposas y amas de casa, son obligaciones cotidianas que no merecen una retribución.
    Cuando era niña oía una expresión que se utilizaba entre amigas cuando hablaban de la bonanza de algunos maridos: ( Fulano de Tal es un marido estupendo hasta  le da a su mujer dinero para alfileres), esos alfileres eran los pequeños caprichos que pudieran tener, pero que en realidad lo solían invertir de nuevo en la economía familiar, de cualquier forma, migajas amigas mías.  
   Si hoy día muchas mujeres jóvenes trabajan fuera de sus hogares es gracias a la ayuda de sus progenitoras. La frase, la abuela está contenta cuidando de sus nietos, o antes, ella es feliz  en su casa con sus hijos y cuidando a su marido. Jamás se les preguntó si esto era cierto  Pero donde la situación es más triste es para esas mujeres que durante toda su vida no han tenido más horizonte para poder subsistir que la de depender de un hombre, padre, marido o incluso amante, sin disponer de nada suyo, ni el tiempo, ni el dinero, en definitiva de su vida. Pero claro ellas habían nacido para eso y su vida era esa y solo esa. Casadas, viudas, monjas o putas, ¡ah! y  las pobres solteronas. Todas y cada una han dado al máximo lo que han podido y cuidaron de sus padres, de los maridos y naturalmente de los hijos.  Pero ahora como la vida ha cambiado, (dicen que hemos progresado), a esas mujeres mayores se las lleva a una residencia donde languidecen tristemente, pero decimos que es bueno para ellas porque así tienen la medicación a sus horas y no confunden las pastillas.
  Al referirme a estas señoras de la tercera edad, lo hago por las mujeres españolas porque esas otras abuelas, pensionistas jubiladas pertenecientes a los países del denominado primer mundo no les sucede lo mismo; son libres y pueden disponer de su tiempo y su dinero a su antojo. Y son ellas las que deciden irse a una residencia porque pueden pagarla con sus pensiones y desde luego el planteamiento en esos lugares difieren bastante del concepto español de guardería para viejos hasta su consunción, es decir su muerte.   Cuando hablo de países del primer mundo en ningún momento incluyo a España, que estamos muy lejos de pertenecer a el, en todo caso primer mundo de segunda categoría como mucho.  En las eras de matriarcado, se buscaba el consejo de las ancianas, se las escuchaba porque eran ellas con su experiencia, sabiduría e intuición las que dirigían y dirimían todos los estamentos de la sociedad.
  Me tengo por optimista y al ser mujer pienso que aquellos tiempos han de volver porque sinceramente ese 49% restante de momento lo está haciendo bastante mal. Aunque lo mejor sería repartir las tareas, todas, entre unas y otros a partes iguales. Excluyendo las diferencias anatómicas inherentes a cada sexo.
  Señoras de la tercera edad, mujeres mayores, abuelas o no, háganse oír, piensen un poco más en Vds. mismas, tienen derecho a ello y aboguemos porque esos 8 de Marzo del futuro,  sean “El día internacional de la mujer” sino que  sean para celebrar la concordia entre mujeres y hombres. Con igualdad  de derechos y deberes, ¡por supuesto!

Concha Gorostiza Dapena -Conil-

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