Voy a odiarte sin pausas.
Voy a odiarte por las pequeñas lunas masacradas,
por la hoguera lineal del horizonte donde el cielo sucumbe sin remedio y devoran el tiempo los ocasos.
Voy a odiarte por todos los minutos que gotean hacia húmedas sentinas,
por cada menosprecio, cada ausencia...
por cada herida agónica he de odiarte, con un odio famélico y descalzo.
Porque nunca sabré si en el origen,
cuando era tan sencilla la inocencia, cuando ardía en volcanes el subsuelo, cuando la luz avasallaba el aire con vórtices de incendios y guijarros,
cuando la alevosía planetaria trepaba por la sed de mi cintura para entregar sus médulas de magia y acoplaba en los lindes cautelosos desenfrenos de muslos conjurados,
conseguí que abdicaras a la sombra,
que amarraras al muelle sudoroso los suspiros desnudos, la osadía, las fiebres, el insomnio, los eclipses, la apnea, los estambres, el relámpago,
o si apenas rozaste las fronteras, la epidermis, las nieblas vagabundas,
algún esbozo seco de ternura, el estupor azul, las espirales, los márgenes, los bordes del milagro.
Porque hoy ya no me alcanzan los sentidos,
porque heladas esquirlas de silencio degradan las oscuras soledades con borrascas de fuego insostenible
y el odio me ha vencido, me ha cercado.
Entonces, no mendigo más palabras
y sólo insisto en derramar los días desarraigando soles moribundos entre matas de ortigas emboscadas muriendo, amor
y odiándote a destajo.
Del libro A espaldas del silencio de
NORMA SEGADES-MANÍAS
Publicado en la Editorial Alebrijes
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